Antes de la segunda entrega de Tren Madrid - Barcelona, me ha apetecido escribir una entrada en referencia a mi evolución como fotógrafa.
Una reflexión en voz alta...
Al fin y al cabo este blog se creó con una finalidad sanadora y ya que está dando sus frutos, por qué no compartirlo, no? :-)
A modo ilustrativo a lo largo de este, iré compartiendo algunas fotografías algo menos convencionales, o más personales, muy recientes, que hace algún tiempo no habría hecho, y mucho menos mostrado públicamente, pero hoy me alegro de hacerlo.
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Soy como un cubo vacio enmedio de la nada, dispuesto a llenarse con la infinita gracia del Universo. | | | |
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Bueno, la historia es esta...
Hubo una vez un día, no muy lejano, en el que no me apeteció salir a hacer fotos.
No era pereza como otros días, en los que apetece quedarse más en casa editando, o haciendo algo distinto para variar...
No era cansancio. Ese deshazón ni siquiera era producto de algún estrés cotidiano... Era sin duda algo mucho más profundo. ¿Cómo podía ser que no me apeteciera hacer algo, que en lo más profundo sabía que era mi pasión?
Un momento, no, sí que era cansancio! Pero no físico. Era más bien un cansancio interno. Más todavía, un agotamiento, un... ¡YA, YA BASTA! un... ¡Pufff, no puedo más...!
No podía más con algo... algo me carcomía por dentro, pero...¿qué era?
De repente lo vi claro, ese cansancio se debía a una lucha que llevaba mucho tiempo librándose en mi interior. Y en esos momentos, empezaba a asomar un más que seguro vencedor que traería la tan anelada paz y alegría a mi corazón. Un vencedor que cansado ya de batallar iba a asestar el golpe final tras años de lucha.
Esta es una batalla que todos libramos tarde o temprano. Una batalla entre lo que somos, nuestra esencia, y lo que quieren que seamos. Una batalla del alma contra el ego. Una batalla que pese a ganarse y darnos experiencia y sabiduría muchas veces, volverá a tener lugar en algún momento de nuestras vidas, afortunadamente, permitiéndonos crecer y ser mejores personas, día a día. Porque al final no se trata de ser mejor o peor fotógrafo, tener un mejor o peor empleo, o ganar más o menos dinero. Al final lo importante es sentirnos bien con nosotros mismos, y eso se consigue desarrollándonos y creciendo como personas, como seres humanos que somos. ¿Y cómo íbamos a mejorar si la vida no nos pusiera esos benditos retos que nos obligan a superarnos una y otra vez? Luego cada uno elige su camino para lograrlo y expresarlo, en el caso de los que amamos el arte de la fotografía, pues lo hacemos a través de ella.
Como ya conté en algún post anterior, hace un tiempo ando metida en grupos de Street Photography, o lo que es lo mismo, fotografía callejera. (uuuy ando metida, jajaja cualquiera diría... suena a secta! casi, jajaja :P)
Todo tiene su parte positiva y la negativa. En este caso, la buena es que ves muchas imágenes algo que disfruto siempre; aprendes, compartes, te critican constructivamente y aprendes más, conoces gente fantástica que comparte tu pasión... Y algo más inusual, al menos para mi, publican un libro con las mejores fotografías para promocionar el grupo, y una de las mías está entre las afortunadas. ;-D Wiiiiii!
Pero luego llega la hora de salir a la calle y hacer fotos. No se a vosotros si os ha pasado alguna vez pero a mi después del bombardeo de información que tenía en estas páginas, de forma instantánea, me aparecía la parte negativa, pensamientos como por ejemplo:
- No, esta foto no la hagas, es aburrida, hay miles como ésta, prueba y haz algo más original! (Todavía recuerdo un día en que el administrador de la páginase quejó con un Oh Dios Mio no paro de ver fotos de reflejos, todo el rato lo mismo... ciertamente así era... después de que una fotografía con ciertas características tenga muy buena acogida es algo que suele pasar... la gente quiere tener esa acogida también en las suyas).
- No, esta tampoco, tienes muchas parecidas, y ni siquiera es buena...
- Uy! Esta tampoco, es fea! (aunque a mi me mole, fijo que no gusta naaada de nada a la gente).
- Uy! Esta ha quedado chula, pero se ve eso que está mal, fijo que me lo critican...
- Ufff, esta ciudad es aburrida, no encuentro nada original que fotografiar. Siempre es más de lo mismo. Si estuviera en algún país de Asia... Allí todo es bonito y todos se dejan fotografiar la mar de felices.
En fin, pensamientos constantes de critica, autoexigencia y victimismo, nada, nada constructivos. Más bien totalmente destructivos de cualquier posible conexión con nuestra inspiración...
Total que el paseo fotográfico acababa siendo una fuente de tensión en vez de una gozada.
Ahí yo me pregunté...
¿Dónde quedaron esos días en los que salía cámara en mano sin nada previsto y sin presión alguna? ¿Dónde quedaron aquellas horas y horas que me pasaba fotografiando, sin importarme en absoluto si estaba consiguiendo o no una buena foto y simplemente seguía fotografiando, disfrutando como un niño pequeño de cada segundo? ¿Dónde quedaron aquellos días en los que después de horas fotografiando volvía a casa satisfecha, a gusto conmigo misma, sin ni siquiera haber mirado como habían quedado las fotografías? ¿En que momento, empecé a mosquearme si llegaba a casa sin alguna foto decente? o ¿ Por qué me importaba tanto lo que opinaran los demás acerca de ellas, e incluso a veces tenía más en cuenta sus opiniones, que mi propio criterio o gusto? ¿Sería la falta de autoestima o seguridad del novato?
Caí en la cuenta de que todo ese cambio, fue debido al paso de analógica a digital. O mejor dicho, fue debido al momento en el que mis imágenes a través de las redes sociales quedaron expuestas al mundo, y yo expuesta a su opinión. Ahí se creo un ego esclavo de favoritos, me gusta, y comentarios. Se creó en mi, casi sin querer, un inspector que aprendía que imágenes gustaban más y cuales menos, que tácticas usaba la gente para captar más admiradores, etc etc... (muchas de ellas comentadas en blogs y grupos...) todo esto era terribleeee! Como siempre, había gente para todos los gustos, muchos detractores, y luego tanta gente que vendía su tiempo y prostituía su creatividad, solo para satisfacer un ego estúpido. Un ego culpable ahora, a mi parecer, de tanta mediocridad dentro del mundo de la fotografía. Pues es sabido por todos que el "amiguismo" ha hecho muuuucho muuucho daño. Tanta gente alabando unas imágenes quizás en algunos casos desmerecedoras de ello, solo para obtener lo mismo a cambio. Tanta hipocresía y tan poco amor.
Por suerte nunca hice eso último... ni malgasté el tiempo comentando más fotos en busca de un anhelado feedback... pero no puedo decir en cambio, que no cayera en mirar a cada minuto si mis fotografías tenían más favoritos o likes, o lo que sea... E incluso mosquearme en el caso de que tuvieran pocos... Es una miel demasiado dulce como para despreciarla de buenas a primeras, nada más probarla. (Bueno esto último es una alegoría típica... en realidad la miel me da mucho asco) :-S
Pero un día... no muy lejano... difícil de concretar, quizás porque no fue un día, sino una evolución a lo largo de un periodo de tiempo, todo esto terminó.
El corazón ya cansado de batallar contra el ego de si es o no correcto, de si es o no bueno, de si está o no visto, de si ya he hecho o no algo muy parecido, de si gustará más o menos, harto perdido de tanta batalla inútil, limitante, aconstructiva y acreativa, decidió pegar el último golpe y acabar de una vez por todas. ¡Todo eso dejó de importar!
PAZ - LIBERTAD - ALEGRÍA - INSPIRACIÓN
De repente llegaron a mi todas ellas acompañando a la fotografía.
Ya no era que la ciudad fuera poco inspiradora, pues la inspiración la encontramos en nuestro interior, cuando no hay muros limitantes de pensamientos negativos que nos impidan llegar a ella. La ciudad, el barrio, nuestra habitación esconden infinitas posibilidades creativas, tan infinitos como lo somos nosotros.
Todos tan infinitos y a la vez tan distintos. La belleza del Universo aguarda en cada rincón esperando a ser descubierta, y nosotros los fotógrafos tenemos las responsabilidad de mostrársela al mundo siempre que lo hagamos desde el corazón. Un mundo con una humanidad que va demasiado deprisa como para pararse a ver por si sola.
Y podrán haber mil fotografías de ventanas, pero eso no tiene que echarte hacia atrás, porque no habrá ninguna como la tuya, porque nadie habrá sentido lo mismo que tú al fotografiarla, y por tanto nadie podrá transmitir ese sentimiento igual que tú, porque somos tan infinitamente distintos...
Pero a la vez tan iguales... que siempre, ya sea en este ahora, o en un ahora futuro, va a ver alguien a quien tu fotografía, le tocará el corazón... ;-)
Es estúpido, pues, preocuparse de si esta encaja en los arquetipos de belleza preestablecidos o no, si cumple tal regla o tal otra, ¿Que importará? Al fin y al cabo estos cambian constantemente. Quizás en unos años esa foto horrible es considerada una obra de arte... ¿Que importará? Mientras tú la hagas con el corazón y lo disfrutes. (Esto, además, es claramente aplicable a cualquier arquetipo, o moda, no solo a la fotografía)
Este verano un gran compañero de pasión me prestó el documental CONTACTOS. Lo recomiendo 100%. Gracias Marcos!!
Es algo que nos ha influido mucho a ambos para darnos cuenta, de que aquellos que ahora consideramos grandes fotógrafos, siempre fotografiaron como quisieron y lo que quisieron. Ellos no tuvieron el bombardeo actual de información y de normas que encuentras por doquier. Y que uno absorbe cual esponja, hasta sin querer.
¡¡¡Simplemente fluyeron!!!
Muchos, incluso, se hicieron conocidos por salirse de la norma, de lo establecido.
Es ahora cuando a todos les da por crear normas de fotografía, una vez ven y analizan lo que se hizo antaño...
Considero que es importante tener conocimiento de varias obras, y creo que es muy bueno mirar fotografía. Es realmente enriquecedor y... personalmente es algo que disfruto como una enana y no puedo dejar de hacer. ¿Que fotógrafo amante de la fotografía que se precie, no disfruta mirando fotos? Pero no apoyo el obsesionarse, naturalmente, ni leerlas o mirarlas al milímetro buscando una nueva norma, como muchos hacen. A mi parecer eso es algo que al final les acaba llevando a copiar de algún modo y sin duda, acaba por destruir su propia creatividad. ¿Cómo vamos a aprender, a crecer y mejorar si no experimentamos, si no nos arriesgamos a hacer algo distinto? Parafraseando a mi amado escritor Oscar Oliva:
"El artista que se exige demasiado se acaba boicoteando, el perfeccionismo esta muy bien, siempre y cuando no se convierta en una carga, jamás hay que perder la libertad de disfrutar y equivocarse, no hay que permitir que el ego ciegue tu capacidad de ser imperfecto, asumir las críticas con alegría, te hará crecer."
Tambien considero que es bueno compartir las fotos que hacemos, en webs, redes sociales, donde nos apetezca. Y mostrar al mundo, el mundo a través de nuestros ojos. ¿Al fin y al cabo para que fotografiamos sino? No es malo sentirnos bien si a la gente le gusta lo que hacemos. Eso es muy bueno, y es una fuerza alentadora y motivadora... siempre y cuando eso no condicione nuestra forma de disparar, claro, y no acabemos medio obsesionados o con nuestros egos tomando el control de la cámara. Y es mejor todavía porque siempre podemos aprender muchísimo de las críticas constructivas de nuestros compañeros.
Es más me parece perfecto todo lo que se haga, siempre y que se haga de corazón. La vida luego ya se encargará de darnos la lección. Y caminos hay muchos.
Lo importante es FLUIR Y SER UNO MISMO SIEMPRE. Y no tener miedo a mostrarlo al mundo.
Yo ya perdí ese miedo y me siento estupeeeendaaaa!!! Y de esto va este rollo que acabo de soltar y las fotos que lo acompañan. :-}
De paso aprovecho y se lo dedicaré a mi madre en modo de eterno agradecimiento por algo que me dijo respecto a la entrada anterior, porque se me clavó muy hondo, y será siempre cómplice de mi evolución como fotógrafa, pero sobre todo como persona.
Me dijo así: Me has hecho ver belleza en un lugar donde nunca creí que la hubiera.
Ya solo por eso ya vale la pena fotografiar, ¿no creéis? Yo creo que sí. :-D
De paso, animo a todos los fotógrafos y no fotógrafos que lean esto, que con aquello que hagan animen a la gente a ver la belleza que nos rodea, porque es muy grande, hay para todos y en todas partes!! Ahora mismo hay sobre dosis de fotoperiodismo deprimente, que nos recuerda todo lo malo que tiene la humanidad. ¡¡Yo animo a todo el mundo a dar un vuelco a esa balanza!!
Os animo a todos a mostrar lo bellos que somos. ¡¡¡Porque somos maravillosos!!! ¡¡Y es hora de que lo recordemos!!